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El gobierno español rechaza publicar información periódica sobre los balances fiscales regionales. Solo en el 2008, después de mucha presión, se publicaron algunos datos. Se confirmó que el déficit fiscal de Catalunya, acumulado desde 1986, era de más de 200 mil millones de euros. Así, se entiende por qué esta información se había mantenido en secreto. Esto significa que, durante 26 años, Catalunya ha contribuido con un 8 % de su PIB al fondo de solidaridad español. Esta es una tasa de apoyo que nunca se ha aplicado a ningún otro estado europeo.
Durante los siglos XIX y XX Catalunya fue el motor industrial de España. Pero 26 años de expolio fiscal han provocado su caída de la primera a la cuarta posición en el ranquin de las comunidades autónomas en PIB per cápita.
El régimen fiscal actual impide a los catalanes poder legislar y cobrar sus impuestos como les parezca conveniente para sus necesidades. Ninguna sociedad no puede adaptarse con éxito a los nuevos retos del mundo moderno sin tener una Hacienda propia.
Tanto si votas a la derecha o a la izquierda, si prefieres la independencia o el federalismo, si has nacido en Catalunya o has llegado recientemente o cual es la lengua que hablas, cada año pagamos 2.251 euros más de lo que te toca.
¿Se imaginan lo que podría hacer Catalunya si no sufriera este expolio fiscal? Con un mes sin expolio, todos los niños podrían tener comidas escolares gratuitas durante un año.
Necesitamos y pedimos un nuevo modelo basado en criterios de eficiencia y coherencia, que asegure que las contribuciones no sean percibidas por los catalanes como abusivas.
No reclamamos privilegios fiscales. Queremos tener un papel activo en la economía europea y mundial. Solamente pedimos tener voz propia para ser la locomotora del sur de Europa.
Denunciar este expolio fiscal no es un acto de egoísmo. Es una necesidad vital para la reactivación económica de Catalunya en el contexto de la crisis actual.
Los pactos fiscales vigentes en España se traducen en una presión fiscal excesiva sobre Catalunya. Esto impide que pueda ser el motor económico que el sur de Europa necesita, especialmente en las circunstancias actuales.
Este artículo es un extracto de opiniones de los siguientes personajes de la sociedad catalana:
- Profesora Clara Ponsatí. Directora del Instituto de Análisis Económico (IAE-CSIC) y Licenciada en Económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona.
- Profesora Montserrat Guibernau. Doctora en Teoría Social y Política por la Universidad de Cambridge y Catedrática de Ciencias Políticas en el Queen Mary College de la Universidad de Londres.
- Dr. Joan B. Casas. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Decano del Colegio de Economistas de Catalunya desde el año 2008.
- Dr. Heribert Padrol. Licenciado en Derecho por la Universidad de Barcelona e Inspector de Finanzas del Estado.
- Profesora Nuria Bosch. Profesora de Economía de la Universidad de Barcelona e Investigadora del Instituto de Economía de Barcelona (IEB).
- Doctora Elisenda Paluzie. Directora del Centro de Análisis Económico y de Políticas Sociales y Doctora en Economía por la Universidad de Barcelona.
- Profesor Jordi Galí. Director del Centro de Investigaciones de Economía Internacional (CREI).
- Profesor Carles Boix. Catedrático de Ciencias Políticas y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton.
- Guillem López Casasnovas. Licenciado en Derecho y en Economía por la Universidad de Barcelona y Catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra (UPF).
- Profesor Andreu Mas-Collell. Conseller d’Economía de la Generalitat de Catalunya, Profesor de Economía en la Universidad Pompeu Fabra.
Como ven se trata de intelectuales del derecho, la economía y la política, no de políticos sin oficio ni beneficio que tergiversan y manipulan las informaciones para su beneficio electoral propio.
La visión de la situación fiscal en Catalunya es real y objetiva. Son argumentos que dentro de su contexto nos demuestran que las quejas de la sociedad catalana respecto al pacto fiscal tienen fundamento y no es una burda maniobra para desviar la atención de los graves problemas que tenemos actualmente y que el gobierno y sus adláteres utilizan para crear al resto de España más animadversión hacia Catalunya.
Este no es el camino. Quiero una Catalunya integrada como país dentro de España, pero no a cualquier precio.
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