"Sueña el Rey que es Rey y vive con este engaño no mandando, disponiendo y no gobernando ...". Este es el inicio del soliloquio de Segismundo en "La Vida es Sueño" de Pedro Calderón de la Barca. Aquí me he tomado la libertad de modificar el discurso o la reflexión añadiendo dos "noes".

Cuando hablo del Rey hablo de la Casa Real. La nuestra no manda, no gobierna, pero sí dispone. Y así llegamos al yerno. ¿Qué necesidad tiene de meterse en el berenjenal en que se encuentra, cuando tiene la vida asegurada, comodidad asumida y elevado prestigio casi sin merecerlo?. Hay que ser zote y desmesuradamente ambicioso para tirar por tierra la vida en el paraíso del XXI que había logrado.
Apelando al sentido común y a la igualdad espero que la justicia actúe inapelablemente con rigor en el caso de que los cargos que se le imputan sobrepasen la delgada línea de la legalidad. Y digo más, en este caso el peso de la justicia debería caer con más fuerza debido a las facilidades e impunidad que ha tenido, gracias a los privilegios de su posición.
No aumentemos más el desencanto y la decepción en que nuestra sociedad está sumida.